Prologo. Alibi

PROLOGO.

-¡Damas y caballeros! – exclamó eufórico el presentador, con su voz gruesa y su postura imponente. - ¡Es un honor y un placer para nosotros compartir con ustedes ilusiones jamás vistan en otro lugar! Donde la imaginación hará volar sus mentes… y solo el cielo será el límite. Chicago… esta noche, somos todos suyos... ¡Bienvenido al Alibi!

Su voz era hipnotizante, susurraba en las ocasiones adecuadas y alzaba la voz en otros, gesticulando con sus brazos, tomándose del sombrero, o simplemente haciendo pasos raros contra el suelo. Su danzar era alegre y simpático y tenía a la multitud embelesada.

-Esta noche, tendremos estrellas con las que jamás han soñado, con el talento más delicado y fino del mundo. -  sonrío, de manera pícara, aunque parecía más bien una sonrisa psicótica. Plutarch era un hombre carismático, pero aquel que no entendía su arte, no tenía recomendado un acercamiento directo con el hombre. Al menos que no valorara su cordura lo suficiente para atender las consecuencias. –Esta noche, en este momento tenemos una de nuestras estrellas tras cortinas… Esta estrella en particular, es una de mis favoritas. Espero que la traten con mucho cariño, porque es una pluma… fina como nadie, pero ¡jamás! Delicada como una simple rosa. ¡La magnitud del amor, señores!… Con ustedes, ¡la magnífica, la asombrosa; Katniss!

Todos los bellos de la piel de la joven se pusieron de punta y tragó en seco ante la mención de su nombre artístico. Estaba parada prácticamente en el techo de la carpa, en una plataforma, junto con Gale, el chico de los trucos como ella le decía. Era uno de los más habilidosos en artimañas del circo, aun con sus quince años, aunque no jugaba con leones o hacía impresionantes ilusiones como el enmascarado, el chico tenía más de un haz bajo la manga y era fuerte, y bastante bueno. Estaba pasándole las telas y ayudándola a colocarse de la manera adecuada, enredando sus pies y manos de forma que no fuera a caer… Pero aún así estaba muerta de medio por dentro. Miro hacia abajo, a la plataforma que se había construido en medio del escenario exclusivamente para su presentación, asegurado solo con un alto pilar de metal al suelo. La plataforma era bastante pequeña, de manera circular, vista de frente, podrías comparar su forma con la copa de un vino.

Miro una vez más a Gale, quién le sonreía cálidamente, infundiéndole el valor necesario. Su público la esperaba. Sin más, cerró los ojos fuertemente, rezando para sus adentros. Tú puedes, Katniss. Esto es un juego de niños. Si algo sale mal, te rompes unos cuantos huesos y ya. Todo es parte del show…

Sin más, saltó hacia enfrente, fuera de la plataforma y quedo suspendida en el aire, en medio de las telas, mientras Gale daba la indicación de que bajaran y bajaran más las telas para dar a vista a la estrella.

El reflector que alumbraba al presentador se apago y la carpa se lleno de aplausos y chiflidos, mientras del techo, entre las telas, la artista hacía su presentación.