Cap IX - Viva la vida

~

Y tenía que agitar mi puño delante de Dios por lo absurdo de todo aquello. Y me hacía bien, solo a mí. (Anne Rice – Time Angel)
Capitulo IX
Nunca se había sentido tan humana. Las sensaciones eran impresionantes, indescriptibles. En ese momento en el que el calor se acumulaba en sus mejillas, un cosquilleo revolvía su estómago y deliciosas descargas de placer le recorrían la columna vertebral, el calor que se asomaba tímidamente en su vientre, pensó por un momento que había vuelto a ser una adolescente. Porque en ese momento se sentía como si hubiese vuelto a ser una chiquilla hormonal, atontada por el efecto del primer amor.
La forma vehemente con la que movía sus labios contra los de ella, la manera en que su lengua acariciaba casi imperceptiblemente, como el toque del terciopelo su labio inferior, amenazaba poco a poco con destrozar su cordura y quemarla viva. O muerta, o lo que fuese que ella estuviese. Todo pasaba a ser relativo en ese momento.
Ella podría haberse quedado toda la vida unida a los dulces labios de Edward, sintiendo su sedosidad, saboreando su exquisito sabor con su lengua, sintiendo su calor humano quemarla como fuego lento, pero Edward seguía siendo un humano, después de todo. Y como humano, tenía una necesidad, una naturaleza que impartía una serie de normas de existencia que no podía olvidar o simplemente ignorar contra su voluntad. La de respirar era una de ellas.
A regañadientes, tuvo que ignorar su deseo de explorar aquellas nuevas sensaciones, de explorar más a fondo aquellas emociones que turbaban su cuerpo al contacto de sus labios y dejo a Edward ir. Apretó los ojos firmemente mientras trataba de controlar su cuerpo y sus impulsos, concentrándose en Edward y en sus necesidades humanas. Para ella, él estaba siempre primero. Era su necesidad, su deber velar por su bienestar, como se había dado cuenta justamente en ese momento. Sin cometer errores.
No tenía sentido luchar contra sí misma.
Se permitió abrir los ojos entonces y observar a Edward. Sus mejillas estaban sonrojadas y su rostro poco a poco iba recuperando su tono normal. Pero lo que más resaltaban eran sus ojos. Sus ojos esmeraldas relampagueaban, brillaban como dos preciosas gemas.
Algo se removió dentro del pecho de Bella, que no pudo evitar mirarlo con dulzura. Dentro de  su cabeza, las cavilaciones volaban como un sinfín de ideas, haciendo preguntas, buscando soluciones. Se ve feliz, observaba ¿por qué? Acaba de ser atacado por dos fantasmas, ¿qué motivo pudo haber hallado para verse tan relajado y contento? ¿Por qué me había besado? ¿Habrá sentido el algún asomo de lo que yo sentí?
Pero lo más importante; ¿por qué estaba deseando que la besara otra vez?
“¿Estás bien?” susurró Edward, captando su atención.
La castaña no pudo evitar fruncir un poco el ceño. ¿Por qué era él quien le preguntaba eso a ella? ¿Acaso lo que acaba de ocurrir no le había inmutado en lo más mínimo? Era un chico extraño, no cabía duda. 
“Tonterías. No deberías estar preocupándote por mí. Acaban de atacarte dos fantasmas, ¿no te sientes al menos un poco perturbado?”
“No.” Admitió sencillamente. “No por mí, al menos. Aquella tarde que prometí que te ayudaría, yo te entregue mi amistad, Bella. Me perturba ver que te hacen daño.” Frunció el ceño. “Y no es una sensación que me agrade, particularmente, por sí te lo estabas preguntando.”
El calor arremetió con fiereza las mejillas de la castaña, que lo observaba entre conmovida y azorada. “Pensé que lo habías olvidado.” Admitió en un susurro bajito, recordando aquella tarde en la que le había revelado a Edward la verdad sobre su existencia. “Pero no me cambies el tema.”
El muchacho suspiro y desvió la vista, fijándola en un punto invisible. Parecía perdido en sus cavilaciones por un instante. Luego se enderezo y se sentó en su lugar, apartando los brazos de Bella con delicadeza. Pero no las aparto completamente de su cuerpo, sosteniendo apenas sus dedos entre sus manos grandes. “¿Quiénes son ellos?” pregunto, señalando con un movimiento de su barbilla hacia el lugar en donde se recomponían los espíritus absorbidos de Alice y Jasper.
Bella siguió el punto al que observaba con la vista y frunció el ceño, arrugando su nariz de una forma adorable. Edward sonrió para sus adentros. “No tengo idea, sinceramente. Solo sé que yo estaba paseando por el jardín cuando de repente sentí su esencia. Los sorprendí fisgoneando entre tus ropas.”
Edward puso los ojos en blanco. “Oh, por el amor de Dios. ¿Qué es  lo que tienen todas estas criaturas sobrenaturales con mi ropa?”
Se fijo en el cuerpo de Bella intencionadamente, pero a la vez de una manera descarada que hizo a la castaña sonrojarse furiosamente. Lo miro sorprendida. “Te digo que los encuentro entre tus ropas, ¿y eso es lo primero que se te viene a la cabeza? ¿Enserio, Edward?”
“Tienes que admitir que todas las criaturas sobrenaturales que conozco tienen una fijación por mi ropa, eventualmente.”
La castaña lo fulmino con la mirada. “Céntrate, Edward. La ropa que yo tomo deja de ser automáticamente tuya desde que le pongo las manos encima. Ahora debemos averiguar…
“¡Que descaro!” la interrumpió él, con fingida sorpresa.
Entreabrió sus labios para darle un efecto más dramático. Sus ojos seguían relampagueando aún más que de costumbre, cosa que Bella no pudo dejar de notar en un momento vago, fugaz.
Lo fulminó, lo aniquilo con la mirada.
Edward levanto las manos al aire en señal de rendición y trato de componer su rostro más serio. “Está bien, me callo.” Casi juro.
“Tenemos que averiguar quiénes son exactamente estas personas y que es lo que quieren.” Continúo ella.
La mueca de fingida seriedad paso automáticamente a una genuina en las facciones de Edward, captando al vuelo el peso que conllevaba aquella afirmación. Asintió, y luego se volteo para ayudarse con el sofá a pararse. Miro a Bella desde arriba, visiblemente recuperado y le tendió una mano para ayudarle a levantarse.
“No estoy demasiado interesado en quienes sean, específicamente. Lo que en realidad me interesa es saber qué es lo que quieren, y si se trata de ti, los quiero lo más lejos posible.”
Su rostro era serio y su voz, era severa. Bella notó aquel cambio y aquella protección hacia ella casi oculta entre líneas removió algo en su pecho. Escucho unos leves gemidos que logro identificar, provenían de Alice. La miro fugazmente.
“Me parece que no es mal momento para averiguarlo.”
El aludido asintió y Bella comenzó a avanzar despreocupadamente hacia donde yacía el cuerpo de Alice. La pequeña fantasma, al ver que el enemigo se acercaba directamente hacia ella reacciono al instante a su instinto de supervivencia y en un movimiento rápido, imperceptible para los ojos humanos se movió de su posición y se posiciono delante de Jasper, quién aún se encontraba recuperándose lentamente. Incluso Bella tardo un poco en notar el movimiento. Sin dejar su marcha en ningún momento, dio media vuelta en un grácil movimiento, casi como si estuviera bailando y se acerco a ellos. Alice la miro furibunda desde abajo, en sus brazos sosteniendo a un sombrío Jasper casi imitando su posición anterior con la de Edward.
Bella se posiciono a pocos centímetros de ellos, con las manos en las caderas. Más con la expresión de alguien que iba a dar una buena tunda que de una persona que pedía explicaciones. Sintió una calidez chocar contra su espalda. Edward se acerco sigilosamente hacia Bella y rodeo su pequeña cintura con uno de sus brazos y la atrajo hacía sí, para marcar mayor distancia entre los fantasmas y ella. La coloco un poco detrás de su espalda, posicionándose delante de ella.
Bella lo miro inocentemente desde su lugar y avanzo un paso, quedando a la misma distancia que Edward. Él apretó su agarre sobre su cintura.
“Muy bien, niños. Mamá se está cansando de jugar juegos que sinceramente, no le agradan ni por asomo. Queremos saber quiénes son y qué es lo que quieren.” Jasper y Alice se miraron entre sí, en una mirada cómplice, pero algo aturdido. El cambio de humor del alma era casi burdamente obvio. Bella frunció casi imperceptiblemente el ceño, algo confundida. “Eso, claro, en caso de que ustedes mismos tengan una respuesta.”
“Jasper es un buen rastreador. Realmente es genial como estratega y cuando captamos tu olor a los alrededores del lugar en donde estábamos recorriendo, pensó que sería una buena idea venir a averiguar si en realidad había un alma aquí y, que amenaza podía resultar eso para nosotros. Después de todos, nosotros éramos dos…
“Y yo solo una. No tenían nada que perder, legalmente. Su único error fue jugar el juego equivocado, con el humano equivocado.”
Alice se puso de pie, a una velocidad que los ojos humanos de Edward no pudieron captar del todo. Se sobresalto a verla de pie encarando a Bella y su corazón, salto un latido. Jasper no tardo en seguirla, a un ritmo más lento, uno normal.
“No entiendo cuál es tu encaprichamiento con tu pequeña mascota. Puedo ver que tiene y es poseedor de un gran atractivo, pero humanos como esos hay como maíz en un campo de trigo. Solo tienes que aprender a buscar, ¡tienes toda una vida para conocer nuevos especímenes!”
“Edward no es mi mascota, Alice.” Siseó entre dientes, sin perder su semblante pacífico.
“¿Entonces cual es el vínculo que te mantiene unida a él?” cuestiono, con sincera curiosidad. “Terminaras aburriéndote de él en algún momento, ¿has pensado en eso?”
Vio de reojo a Edward girar su rostro a observarla, con la duda escrita en sus facciones y sintió como aflojaba su agarre en su cintura. Una punzada de seguridad nublo su mirada. ¿Estaría realmente escuchando a Alice? ¿Acaso era capaz de convencerse de sus retorcidos -y tan lejanos de la realidad- planteamientos?
Era Edward a quien estábamos considerando, y con el chico, uno nunca sabía que pensar.
Paso uno de sus frágiles brazos por la espalda de Edward y rodeo su ancha cintura. Lo mantuvo junto su cuerpo y se enfoco en Alice, aunque las palabras iban dirigidas hacia el muchacho entre sus brazos. “Edward y yo somos verdaderos amigos, es un vínculo poderoso que obviamente tú no comprendes y probablemente jamás serás capaz de comprender. Es eso lo que nos mantiene firmemente unidos y eso, es suficiente. Suficiente para nosotros.”
“Pero…
“Déjala ya, Alice. Su encaprichamiento por ese humano es más fuerte de lo que piensas… por ahora.” Interrumpió Jasper.
La aludida se giro a observarlo al rostro. Por un momento, uno se fijo en los ojos del otro y parecieron conectarse, trasmitirse palabras no dichas a través de la mirada. La conexión se veía tan íntima, que Bella se vio con la necesidad de desviar la mirada. Finalmente, se encogió de hombros. “Es su problema, supongo.”
Jasper se dirigió  a Bella. “No tenemos ninguna intención de ocasionarnos problemas innecesarios. Alice tuvo una visión y quiso indagar sobre tu extraña conexión con el chico. Y yo estoy aquí para cerciorarnos de nuestra completa seguridad, por lo que no estoy dispuesto a correr el más mínimo riesgo. Incluso si eso significa retirarnos ahora mismo, no tengo ningún problema en hacerlo.”
“Háganlo, entonces.” Dijo fríamente.
“No te preocupes, nosotros no tenemos nada que hacer aquí más.” Dijo Alice, de pronto, su mirada se perdió en algún punto hacia el frente y su voz se volvió cálida, misteriosa. Una sonrisa amistosa curva sus labios y su voz, se volvió animosa entonces, nostálgica. “No nos veremos en un largo tiempo. En 1930 Edward querrá conocer Paris y tú no dudarás en seguirle. Nos volveremos a encontrar entonces. Por favor, usa la boina negra, no la verde. Estaremos en mejores términos entonces.”
Bella curvo sus labios en una mueca de incomodidad y la miro de una manera extraña por un momento. ¿Habrá perdido el juicio? ¿La perdida de energías le habrá afectado las neuronas? Pensó fugazmente.
“¿Estás segura?” le preguntó Jasper, mirándola con indecisión en sus ojos azules.
“Lo que he visto realmente me gusta, Jasper. Anhelo eso. Por favor, no lo arranques de mí.”
“Pero el humano…”
“No lo arranques de mí” sonrió, con millones de respuestas que sus labios se negaban a emitir brillando en sus ojos.
Jasper vacilo. Se fijo en el puchero que formaba el labio inferior de su compañera fantasma y en la humedad que opacaba sus ojos. No tardo demasiado en ceder. “Hare caso de tus visiones, Alice. Solo por ti.”
“¿Puede alguien explicarme qué demonios está pasando aquí?” inquirió Edward, la castaña asintió de acuerdo a su lado.
Los ojos de Alice brillaron.
Raro, pensó Bella, ¿a qué se debía tan repentino cambio de humor en la pequeña fantasma?... Era ciertamente… desconcertante.
“Lo sabrán cuando llegue el momento.” Dijo, y dicho esto, se marcho sin mirar atrás.
Jasper se dirigió a Bella dedicándole una mirada pacífica. Pero no dejaba de ser feroz, en cierto sentido. “No te preocupes por tu humano. No tenemos motivos para volver a pasar por aquí, ni para continuar con las explicaciones por ahora.”
Y sin más, se giro y se fue, siguiendo el camino que dejo su compañera.
Edward y Bella se quedaron un rato observando el punto por el que parecían haberse evaporado, atravesando las paredes del salón. Todo aquello había sido tan fugaz, tan efímero que lo hacía realmente extraño. ¿Qué demonios había sido eso?
Sin embargo, la castaña no tuvo demasiado tiempo para reflexionar, porque sintió una presión en su cintura seguido de una leve presión que consiguió que su cuerpo fuera empujado al cuerpo de Edward, chocando con su pecho. Tampoco pudo reflexionar demasiado sobre eso, porque antes que pudiera emitir palabra alguna sus labios fueron silenciados por el contacto de otros suaves, cálidos, embriagadores.
Disfruto de cómo la electricidad se apodero de su cuerpo y encendió una llama en su vientre, dejando que millones de sensaciones recorrieran sus venas y llenaran su ser. El contacto fue breve, efímero, pero la dejo ardiente, deseosa de más. Cuando se separo de Edward, él tenía los brillantes juguetones y una sonrisa victoriosa revoloteando en la comisura de sus labios.
“¿Por qué h-hiciste eso?” la voz de Bella tembló.
Edward se encogió de hombros, inocente. “Porque me quería hacerlo. Me gusta lo que me haces sentir.” Admitió, sus mejillas se tiñeron de un tímido rosa, casi imperceptible a los ojos humanos.
“Oh.” Fue su brillante respuesta. “Eso explica lo de ahora. Pero, ¿por qué lo hiciste la primera vez?”
“Porque quería hacerlo.” Edward sonrió tímidamente, con sus mejillas aumentando de color, asomándose más al carmín. “Eres… demasiado hipnotizante para mis sentidos. Y quería besarte en ese momento, me pareció correcto.”
Bella abrió los labios para contestar, pero fue una vez más interrumpida cuando Edward la tomo de la cintura y la atrajo hacia él, tomando una vez más sus labios entre los suyos. Esta vez el beso fue más largo, más abrasivo, provocando las mismas fuertes sensaciones en Bella.
Edward se separo de ella aún más sonriente que antes, sonrojadísimo. “Esto de pelear contra fantasma y besarme con un alma es tan nuevo para mí, que me cuesta asimilarlo.”
“¿Eh?” inquirió Bella, aún algo desconcertada por el efecto de los labios de Edward.
Lo siguiente que oyó, la ayudo a reaccionar.
“Bueno, esto de los fantasmas es realmente desconcertante para mí. Solo esperemos que mañana no aparezcan duendes en mi pórtico reclamando su caldera de oro pérdida en algún lugar de mi jardín o algo por el estilo.” 
Bella lo observo con cautela por un momento, debatiéndose mentalmente entre hablarle o no de lo que se venía planteando. Edward se había convertido en alguien muy cercano para ella. Estaba dispuesto a poner las manos en el fuego y hacer todo por ayudarla aún sin conocerle completamente, por lo que merecía la verdad.
Le dolía tener que revelar aquello que con tanto recelo su mente había estado enterrando en el recóndito más oculto de ella por más de cinco años, dejándola envolverse en una burbuja que la distanciaba de su pasado. Pero jamás le había dejado envolverse en una careta, ocultar quien realmente era. Eso era imposible para un alma. Existían demasiados tipos de criaturas en este mundo y no era imposible que alguna pasara en la vuelta de la esquina, como lo había comprobado recientemente. Lo más justo sería que Edward conociera a fondo por lo menos con la que estaba dispuesto a convivir el resto de su estadía en ese lugar.
 Él sería capaz de decidir luego si quería tomarla o desecharla por lo sucia, lo usada que en realidad había sido en su último momento. Aunque eso la destrozara por dentro.
“¿Te has preguntado alguna vez como morí?” habló de repente, casi sin pensarlo.
El aludido la miro de una manera extraña, luego cerró sus ojos apretándolos firmemente, como si le costara esfuerzo físico imaginarse la idea.
“Edward” lo llamó en un hilo de voz. El aludido abrió los ojos, expectante. “Creo que es hora de que conozcas mi historia.”

4 comentarios:

  1. os voy a dar flores por que
    me encanto el capitulo y tomatasos por cortatrlo
    tanto
    ouffffff


    espero el otro cap
    lo0ve and rockets
    alexa

    ResponderEliminar
  2. seguidora numero uno ¡presente! jajajaja Flores Flores Belen el capi me encantoooooooooooo hay ya se estan enamorando estas son mis partes favoritas, hayyyy pero ya me imajino por donde va el agua al molino con eso de la muerte de Bella pobre! me encanta esta historia el capi esta genial, te felicito Belen escribes genial!
    sabes he estado considerando ponerle Belen a alguna hija que tenga ( si es que llego a tener) jejejejje saludos desde Colombia!

    ResponderEliminar
  3. ahhhh q locooo cadaa vez mas loco!!! me atrapa mas y mas y quedo con ganas de mas y mas y no lo puedo controlar me estoy leyendo cada historia q tenes aca y la verdad q esta es la q mas me llama la atencion con bella de alma!!! eso es tan super loco q pienso yo quiero fumar d la misma q bell!! jajajaja es q es tan super wow q no puedo parar de leer y respecto a la teoria creo q la violaron y la mataron nose xq tiene q ser tan malo pero pienso q es algo d eso osea totalmente tragico bueno a la espera del proximo capi comiendome las uñas :P

    ResponderEliminar
  4. Holaaaa!! :)

    Ahhh, me encantó este capi. Ya me estaba esperando una actualización. Y es, de todos tus fics el que mas me gusta, el mas sobrenatural. Y pusiste todo lo que sintió Bellac on el beso, eso me gustó mucho, fue tan romántico y tierno como Edward se sonroja despúes, jaja, me encanta cuando el se sonroja! como se olvidaron de todo en ese lapso, de Alice, de Jasper, y de el peligro que tal vez significan. Aww, los primeros besos son taaaan lindos! :)
    Yo creo, por lo que penso Bella al final del capi 'sucia, usada...en mis últimos momentos' creo que la violaron y despús la mataron a golpes. O que la tenían de esclava en esa casa y por eso nunca pudo salir de ahí, y el papá de Edward en alguna de sus vacaciones en la estancia la tenía de concubina o algo así. Y como Edward idolatra a su padre no le cree, y se separan un poco... nosé, este Eddie está tan muerto por Bella que no creo que no le crea cualquier cosa que sale de sus apetecibles labios ;)

    Bueno.... que tal mi teoría?? jiji, hace tiempo que no te decía ninguna :)

    Besos
    Penny

    ResponderEliminar

My fanfiction world© :por Belén Vieparoles :: 2012~2013